miércoles, 21 de mayo de 2008

Lo que tú digas.

Un día, aparecio por alli un chico con una batidora... de Mickey... que se le habia roto... una oreja. La oreja en cuestion era para las velocidades de batir, y estaba suelta. Él queria que se la cambiaramos, pero le digo que había que enviarla a reparar y que posiblemente eso, como era rotura se lo iban a cobrar. El chaval se me ofuscó y empezó a gritar diciendo que donde pone que es una rotura! Que se ha soltado, que lo de la rotura lo estoy diciendo yo. Mi mente rapida, rebobinó justo hasta el momento en el que entró este chico y me dijo: SE ME HA ROTO. A si que le dije, perdona pero no, TU me has dicho que se ha roto. Y el tio bla bla bla, que tu bla bla bla.... y yo a mi faena. Le cojí la batidora con la oreja colgando y puse en el resguardo de la reparación que se ha "soltado" y él me gritaba: ¡Y pon que no se ha caido, que no la he tirado por el balcon y que no tengo niños que la hayan podido romper, eh! (No tiene niños y se compra una batidora... de Mickey... con orejas??). Asi que al rato de estar discutiendo ya me empezaba a aburrir y se me ocurrió una genial idea para chincharle un poquito más, así que le dije... Es verdad, tienes toooda la razón del mundo, con cara de convencida para hacerlo un poco más creible. Y se me enfadó mas jeje, porque vio que le estaba dando la razon como a los locos jajajaja. Y tal como vino, desapareció... se fue como una rafaga de viento raudo y veloz... Hablando solo por el camino... seguramente acordandose de mi familia.

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